Nancy Bacelo
Nancy Bacelo nació el 10 de julio de 1931 en un pueblito de la campaña uruguaya que de un lado se llama Nico Pérez y del otro José Batlle y Ordóñez. Como le gustaba juntar las cosas, a su pueblo lo llamó Nico Batlle y lo que separaba una calle quedó unido en sus poemas. También le gustaban las plantas y los gatos, y tuvo un gato negro grandote al que llamó Manú Kamal y para el que escribió una serie de poemas. Durante su vida, Nancy hizo muchas cosas, escribió poesía, publicó varios libros, promovió encuentros entre gente que dibujaba y gente que escribía. Se le ocurrió que había que apoyar a los autores, para que sintieran que lo que hacían era necesario y que mucha gente lo esperaba y le gustaba su trabajo entonces hizo una feria –que se llevó a cabo en Montevideo todos los diciembres durante 47 años– para que los poetas, los pintores, la gente del teatro y los músicos se encontraran y se conocieran. Se dio cuenta que cuando estaban juntos se les ocurrían cosas y así armaron libros artesanales entre los poetas y los artistas plásticos; los músicos componían y los cantantes cantaban poemas; los artistas de teatro montaban pequeñas obras en un teatrito que hacían en la feria. También llegaban artesanos con todo tipo de artesanías, y esas ferias fueron una fiesta que los montevideanos esperaban año a año con alegría. Nancy era de esas personas a las que les gusta hacer cosas lindas y creía que se podía inventar algo nuevo cuando lo que estaba hecho no la convencía del todo. A veces contaba que cuando se fue de su pueblo natal para estudiar en Montevideo, un maestro, que la quería mucho, la llamó aparte y le dijo: “ahora te toca jugar a ti”. Y ella pensó siempre en eso, en lo lindo y lo inmenso que es tener un momento para uno mismo y lo inmenso y lo lindo que es poder darse cuenta que así como hay un momento para pasar al frente o al centro de la ronda a jugar, también es lindo el momento de decirle a otra persona: “es tu turno, ahora te toca a ti”. Y con esa idea vivió su vida. Haciendo cosas que le gustaban mucho, invitando amigos, inventando cosas nuevas. Y siempre, siempre, dándole lugar a los demás.
Semblanza escrita por Silvia Guerra Díaz especialmente para la edición del libro Bajo una nube azul (Libros Silvestres, 2021)